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lunes, 16 de mayo de 2011

No seas cómplice de la derecha



Tiene que quedar clara una cosa. En las circunstancias actuales, cualquier cosa que no sea votar a la izquierda es convertirse en cómplice de la derecha. La derecha vota siempre y los votos nulos, los blancos o las abstenciones son votos que no contrarrestan los de la derecha. Esto es muy claro y debes tenerlo muy claro, para que luego no te arrepientas de que las cosas estén aún peor.

Hemos tenido 4 años para dar lecciones, para convencer al poder de lo que había que hacer y para mostrar nuestras opiniones. El día 22 no es para dar testimonio ni para castigar(nos) a nadie y, como consecuencia, estar en manos de la derecha otros cuatro años, sino que es para votar. Y luego habrá otros cuatro años para trabajar, para manifestarse, para usar las redes sociales y para preparar lo que se quiera. Pero el día 22 no es el del voto suicida.

No sabemos ya qué hacer para que gane la derecha. Y un Ayuntamiento de derechas es muy duro para los que más necesitan de todo.

¿Qué necesidad tengo yo de ser de izquierdas?



Yo no soy rico, ni mucho menos, pero tampoco tengo excesivos problemas económicos. Tengo la mayoría de las necesidades básicas cubiertas y, respecto de las otras, me privo de algunas y gozo con otras, como creo que le ocurre a mucha gente. Digamos que vivo de una manera relativamente aceptable.

En vista de lo cual, podría aspirar a que mi situación –la mía- fuera mejor, por ejemplo, con menos impuestos, con algún que otro privilegio, con más servicios privados, alguno de los cuales podría pagar, y con algo más de distancia respecto del sistema común de vida. Podría intentar que el dinero público se invirtiese en lo que yo frecuento, que lo privado prevaleciese sobre lo público, que hubiera menos políticas sociales y que la libertad se considerara infinitamente más importante que la igualdad. Podría, en definitiva, ser de derechas.

Sin embargo, no soy de derechas ni quiero serlo. Entiendo que la vida no es algo que me pase a mí, ni siquiera a los míos, sino a todos. Creo que todos somos diferentes, pero que todos somos iguales, que todos tenemos los mismos derechos. Considero que el mundo no debe ser de los despabilados capaces de obtener beneficios explotando de cualquier manera a los demás. Estoy de acuerdo en que hay que repartir lo que hay y en que hay que compensar las desigualdades que genera el sistema capitalista en el que estamos por ahora. Me parece bien que la ciudad y la Naturaleza sean de todos y que todos podamos gozar civilizadamente de la cultura y de las artes. Estoy convencido de que hay que hacer lo necesario para que todos podamos tener una educación de calidad que nos permita ser ciudadanos y no sólo individuos. Defiendo que la libertad es un gran valor necesario, pero que la igualdad debe estar por encima de ella. Intento, por tanto, ser de izquierdas.

Por eso me duele, me da rabia, que yo, que no tengo necesidad material de ser de izquierdas, lo sea, y otros, que viven mal, que siendo pobres viven como si fueran nuevos ricos, que si miran su vida, no ven cómo juegan con ellos, que han sido anestesiados sin que se hayan dado cuenta y sin que hayan hecho nunca nada por despertar, que estos, que deberían ser de izquierdas, aunque sólo fuera porque debería interesarles a ellos mismos, voten a la derecha, aplaudan a sus explotadores y ensalcen a los que obtienen beneficios a su costa. Y, en cambio, yo, renunciando a lo que me podría venir bien, les apoyo.

Hay ahí una brecha intelectual, vital, política que no acabo de comprender. Quizás sea que la moral a mí me puede y a otros les resbala. O puede que sea el sueño, ese sueño tan presente, que no se quita ni durmiendo ni soñando. 

lunes, 7 de febrero de 2011

Izquierda y derecha


La izquierda tiene la vista puesta en la cabeza del otro. La derecha, en los tobillos.

La izquierda tiene interés en mejorar la vida del otro. La derecha, en servirse de su vida.

La izquierda piensa en el nosotros. La derecha, en lo nuestro.

La izquierda quiere distribuir las beneficios con justicia. La derecha quiere conseguirlos.

La izquierda tiene que crear la vida. A la derecha le basta con conservarla.

martes, 23 de noviembre de 2010

Ante la información



Estoy convencido de que cada vez contamos con menos información para formarnos una idea de lo que ocurre. Me da la impresión de que ni los ciudadanos ni los periodistas ni siquiera los gobernantes tienen todas claves para interpretar certeramente la realidad. Quizás en esto también haya dos actitudes: la del que se traga todo lo que le echan sin criticarlo ni siquiera mínimamente y la del que busca, la del que intenta encontrar más datos, la del que no se conforma con el dato simple ni, mucho menos, con la opinión visceral emitida por algún desaprensivo. No sé si serán, respectivamente, derecha e izquierda, pero sí que son estilos de vida distintos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Nudismo


Hace tiempo que veo a personas de derechas que dicen, ingenua o interesadamente, que son de izquierdas y personas de izquierda, que por motivos un tanto raros, se creen de derechas. No sé si será por la crisis, por el cambio climático o por una paulina caída del caballo, pero estoy percibiendo últimamente que se están desnudando y que están apareciendo como realmente son, no como decían que eran. Para algunos, la coherencia puede traerles una cierta decepción. Pero a muchos les va a dar igual.

jueves, 10 de junio de 2010

Olvido



Los contertulios de las tabernas suelen olvidar que mientras las izquierdas se ocupan de descubrir exquisitas y chatas razones metafísicas, ignorando las consecuencias de su puesta en práctica, las derechas siempre van a votar.


viernes, 30 de octubre de 2009

Derecha e izquierda


Somos de derechas si tú vas a lo tuyo y yo voy a lo mío y no nos importa nada el bien común. Somos de izquierdas si ante todo procuramos el bien común y no le anteponemos nuestras propias apetencias.

Si tú aspiras a una cosa que es la misma a la que aspiro yo, y las aspiraciones son asuntos de poder, de dinero o de estatus, nuestras vidas, tarde o temprano, terminarán en la guerra política.

No se es de derechas o de izquierdas por militar en un partido concreto. Hay gente de derechas en los partidos de izquierdas y gente de izquierdas en los partidos de derechas. Normalmente esta gente no sabe lo que hace ni lo que le pasa.

Un partido de izquierdas puede caer por ineptitud o por incomprensión. Un partido de derechas cae, antes o después, por la lógica de las actitudes egoístas y acaparadoras de sus miembros. Y si esas actitudes van acompañadas por el cinismo y la desvergüenza, la guerra se convierte en obscena.

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miércoles, 10 de junio de 2009

Esto no está mal pensado

Pido ayuda a El País y aparece esta Carta al Director que no está mal pensada. No sé qué te parecerá a ti.

Si el PP quería hacer desistir a la gente progresista de ir a votar, lo ha conseguido: comunidades tradicionalmente progresistas como Cataluña se han quedado en casa. ¿Resultado? Como la derecha está muy motivada para votar, ha ganado. De poco sirve entonces que la mayoría de los españoles sean progresistas, porque éstos castigan a sus representantes por sus deficiencias.

El PSOE no ha sabido explicar que la crisis económica actual la ha traído al mundo la política practicada desde Thatcher y Reagan hasta George W. Bush, todos de la cuerda del PP. Y un consejo: que no se moleste la izquierda en sacar trapos sucios de la derecha, pues a los votantes de ésta les importa bien poco la corrupción de los suyos, como cada vez queda más claramente demostrado (véanse los resultados de la Comunidad Valenciana); incluso muchos deben de admirar en secreto a quienes malversan o roban con tanta habilidad...

Pero también queda claro de nuevo que la derecha -que como es bien sabido se identifica en su mayor parte con los católicos- es moralmente inferior a la izquierda -agnósticos y ateos en muchos casos-, que, con razón, castiga la corrupción de los suyos. ¡Que Dios nos coja confesados en Europa.

ÁNGEL CARRASCOSA ALMAZÁN - Tres Cantos, Madrid - 09/06/2009

miércoles, 3 de junio de 2009

Autoconfusión


Lo digo de nuevo. Hay gente que dice ser de derechas y que no sabe que es de izquierdas. Y bastantes más que dicen ser de izquierdas, pero que no saben que son de derechas. Nos cuesta trabajo conocernos.
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