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miércoles, 28 de julio de 2021

Papeles para aprender. La clave para el progreso de la humanidad




 Anita Zaidi es una de las voces más prominentes del mundo en cuestiones que afectan a las mujeres y a las niñas. En esta entrevista habla de la naturaleza sexista de la pandemia de la covid-19 y de lo que hará falta para garantizar un progreso continuo hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a pesar de los reveses del pasado año y medio.
Puedes leer aquí la entrevista que le hacen en El País.

viernes, 26 de enero de 2018

Machismo


Imagen tomada de El Confidencial

El machismo, el sexismo y las discriminaciones están adheridas a las estructuras de la sociedad. Las excusas y las justificaciones no son más que herederas de esas estructuras. Lo único que cabe es la denuncia y la toma de conciencia de que es la igualdad la que debe impregnar la sociedad.

Dejo aquí referencias del último espectáculo bochornoso publicado. ¡Cuántos más habrá y no se publican!

En El Confidencial.

En El País.

jueves, 11 de enero de 2018

Buenas noches. Sexo



El sexo está para lo que está, pero para nada más. Querer aplicar a la sociedad criterios sexuales no es más que generar barbaridades. 

Buenas noches.


viernes, 21 de noviembre de 2014

Ética para todos 11. Cederle el paso primero a las mujeres



Antes de analizar la norma que proponíamos la semana pasada, quisiera matizar lo que habría que entender cuando decimos que una norma moral debe ser universalizable. No quiere decir estrictamente que todos los habitantes del planeta deban seguirla, sino que nos referimos siempre al contexto en el que se sitúa la norma en cuestión. Por ejemplo, no tendría sentido que los habitantes de la Amazonía consideraran bueno el uso de los intermitentes, porque probablemente ni sepan lo que es, pero sí deben considerarlo las personas de nuestro ámbito cultural.

Lo único verdaderamente universal en este sentido serían los derechos incluidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que conviene que leamos y meditemos de vez en cuando.

Pasemos ya a la norma de hoy:
Cuando un hombre va con una mujer y tienen que pasar ambos por una puerta, hay que dejar que sea ella la que pase primero, antes que el hombre”.

Esta es una norma machista, como otras muchas que lamentablemente se dan en nuestra sociedad.

No es una norma jurídica, porque no existe ninguna ley que nos obligue a ceder el paso a una mujer.

¿Es una norma moral? Veamos si cumple las tres condiciones.

¿Me autoobligo yo a ceder el paso a una mujer en una puerta? Si consideramos que hombres y mujeres somos seres humanos, iguales en derechos y que el sexo no debe ser nunca el criterio para que actuemos de una manera o de otra, parece imposible que veamos como una obligación tratar así a cualquier mujer. Más bien parece una discriminación -el trato desigual dado a quienes son iguales- hacerlo. Luego esta condición no se cumple. Sólo con esto, ya sería suficiente para considerar que la norma no es moral.

¿Es incondicional? Si la deja pasar porque se trata de una mujer y de esta manera pretende algo para sí mismo, no sería una actuación incondicional. Si lo hace por tener un detalle con ella, sin buscar nada a cambio, sí sería una actuación incondicional.

¿Sería universalizable? Si dejar pasar primero a las mujeres, por el hecho de ser mujeres, es tratarlas de forma discriminatoria, es evidente que esta norma no sería universalizable.

Por tanto NO es una norma moral. ¿Y por qué, entonces, es tan frecuente que se haga? Pues porque es una norma machista y el machismo está muy extendido entre nuestras costumbres. Tratar a cualquier mujer de forma diferente por el hecho de ser mujer es un comportamiento sexista. El sexo está para lo que está, pero no para actuar en la sociedad de una manera o de otra, según el sexo que se tenga. Esto es justamente lo que da lugar a los problemas de género. Esta costumbre, como tantas otras, debe ser criticada y analizada para ver si detrás de ella hay comportamientos que no son justificables y que implican una discriminación.

Lo correcto sería ceder el paso -si eso es más cómodo- a CUALQUIER PERSONA que nos acompañe, sea hombre o mujer. Tener un detalle con la persona con la que vamos es bueno. Unas veces puede que el detalle consista en pasar uno primero y sostenerle la puerta al otro o a la otra para así facilitarle el paso. Otras veces quizás lo idóneo sea abrir la puerta y sostenerla abierta para que pase la otra persona. Pero lo que está bien es hacer eso con cualquier persona, no con las mujeres por el hecho de serlo.

Lo que no tiene sentido es seguir actuando con criterios sexistas. Todos somos iguales, todos tenemos los mismos derechos, sea cual sea el sexo que tengamos. Esto es muy importante si queremos crear una sociedad más justa y más igualitaria.

Intenta esta semana analizar si es una norma moral o jurídica o las dos cosas o ninguna la siguiente:
Hay que pagar los impuestos”

Recuerda que puedes usar, si lo necesitas, el correo mcetica@gmail.com



miércoles, 2 de octubre de 2013

Hay que abrir las puertas



Leo, a través de Nuria Varela, el anuncio que la Academia de la Publicidad ha hecho para conmemorar el 300 aniversario de la Academia de la Lengua Española. El tufo sexista y machista del anuncio es tan grande que muchos no lo van a notar, acostumbrados como están a tener estos vicios en casa y a fijarse más bien en pequeñeces y en fruslerías muy vistosas, pero de poca monta. De nuevo la mujer aparece como la que no sabe hablar, la que deposita la autoridad en el padre delante del hijo, la que se dedica a las tareas de limpieza y la que necesita salirse de su incultura y ponerse a un nivel adecuado. Parece que lo que ocurría en otros tiempos vuelve a ocurrir también en estos y que la porquería mental sale a la luz en cuanto puede.

Algo huele mal en todo esto. Hay una lamentable costumbre muy extendida de confundir al sabio con el viejo, como si la sabiduría fuera cosa de la edad, de la experiencia, y no de una actitud mental abierta, crítica, ilustrada, atenta a la justicia y creadora de libertad y de igualdad. Las instituciones se han llenado de viejos -no de ancianos, que ser anciano es otra cosa-, de estorbos para la cultura, de tradicionalistas malformados, de mantenedores del orden de toda la vida, de frenos para el avance de la humanidad, de misóginos sin remedio y de generadores de daños sociales en la materia que les toque. Las discriminaciones, especialmente la que afecta a las mujeres, se han hecho normales, habituales, entre este tipo de personajes y es muy raro ver a alguno de ellos defender la igualdad y salirse del inhumano cauce del machismo. Con estos personajes no vamos a ninguna parte. O abrimos las ventanas -y las puertas- o la peste va a ser pronto insoportable.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Día Internacional de la Mujer. Mujer o carne de mujer

Mañana es el Día Internacional de la Mujer. Reproduzco aquí la entrada publicada en este blog el 31/12/2011.

El machismo es fundamentalmente una ideología de poder. El machista parte del prejuicio que le hace creerse superior a la mujer. Este prejuicio lo encauza desarrollando un gran interés en convertir en real esa superioridad encontrando una mujer que se preste a asumir su inferioridad y que se convierta en una esclava barata, cercana y obediente, que le dé gratis todo lo que el machista necesita para vivir como un amo.

El método que usa el machista no es una creación suya. A lo sumo tendrá que conquistar a una mujer que no esté concienciada y que no se entere de lo que hay en la sociedad, pero en su empeño no está solo. La propia sociedad le ayudará de manera sustancial en la consecución de sus propósitos.

Es cierto que los ciudadanos no son muy dados hoy a pensar, a conocer en profundidad el mundo en el que viven y mucho menos a criticarlo. El fútbol, la televisión, el bar, el alcohol, las diversas pantallas y los amigos son reclamos mucho más efectivos que la reflexión y el conocimiento. Pero es que, además, la mujer sufre un proceso de alienación añadido que hace que su situación sea aún más peligrosa y difícil. El machista y la sociedad machista quieren que la mujer desaparezca como mujer, que su propia persona, su dimensión de ser humano y su ser de mujer queden ocultos a sus propios ojos de mujer y a los de todas las mujeres. De hecho, muchas mujeres se miran hoy a sí mismas con ojos de hombre. El machista y la sociedad machista quieren que el ser humano mujer no aparezca para que no se reproduzca.

Hay dos maneras de ocultar a las mujeres, de crear una situación en la que en realidad no existan.

Una manera es muy rudimentaria y muy primitiva. Consiste simplemente en taparlas. El hecho de taparles una parte de su cuerpo con pañuelos, velos o túnicas ya es un acto humillante que pone a las mujeres en la puerta de su utilización para fines posteriores. Pero si el machista lo ve necesario, las tapa enteras poniéndoles un burka, un niqab o lo que le dé la gana. Lo que logra así es no sólo que no se muestre “su” mujer ante los ojos de los demás, sino que “la” mujer, o sea, “las mujeres” no se muestren como tales, que vivan como si no existieran, porque no pueden mostrarse como tales, sino como sacos de tela que se mueven.

La otra manera es más sorprendente, pero igualmente eficaz. Consiste en desnudarlas. Cuando una mujer se convierte en sólo un trozo de carne observable y en un mero objeto de deseo para el público machista, deja de ser mujer para convertirse en objeto de consumo, en cuerpo sin espíritu, en materia manejable. La mujer, la persona de sexo mujer, queda oculta, como si no existiera, bajo la apariencia de su piel.

La televisión juega un papel muy importante en este proceso de despersonalización, de deshumanización de la mujer, podríamos decir de desmujerización, ante el que los machistas están muy satisfechos. La zafiedad de Berlusconi y de los no menos zafios y zafias que le comprenden y le animan está haciendo estragos en esta sociedad tan maltrecha en la que estamos. Pongo aquí un magnífico documental que trata el tema desde la óptica de la sociedad italiana, pero que me parece aplicable a prácticamente cualquier sociedad actual. Creo que hay que pensar mucho sobre lo que se dice en él y sobre el tan necesario principio de igualdad de todos los seres humanos.



lunes, 30 de enero de 2012

Hombres feministas



Hay causas que hay que defender, porque parecen justas, y otras, en cambio, que no. Y si hay que defenderlas, las deberíamos defender todos, con independencia del contenido de dichas causas y del sexo de quien las defiende. No entiendo por qué el sexismo, sin embargo, se está introduciendo subrepticiamente en estos asuntos, generando la idea implícita de que el feminismo debe ser sólo cosa de mujeres. Por ejemplo, días pasados apareció en Facebook una cadena que pedía a las mujeres que pusieran en su muro algo en defensa de su lucha contra el cáncer de mama. Ya sabemos que el hombre es difícil, pero no imposible, que llegue a tener esa enfermedad, pero ¿el ser hombre le debe excluir de apoyar a las mujeres en su lucha contra la enfermedad?

Me parece que las propias feministas, al excluir a los hombres de sus reivindicaciones, están, si no cavando su propia fosa, sí disminuyendo su fuerza de acción y de visibilidad. Es verdad que al hombre posiblemente haya que ilustrarlo más, pero eso no debe implicar, me parece a mí, que haya que renunciar a su apoyo.

La idea de que el feminismo es cosa de mujeres habría que dejarla aparcada ya. Debería ser normal en nuestra sociedad la figura del hombre feminista.

miércoles, 6 de enero de 2010

Regalos


¿Qué regalar a los niños?


En el mes de diciembre suelo hacer esta pregunta a los alumnos. Les pongo en la situación imaginaria de que fueran ellos los padres de un niño y de una niña y de que tuvieran que regalarle algo. ¿Qué elegirían?

La respuesta más desazonante suele ser la primera: “Lo que ellos quieran” dicen muchos y con mucha frecuencia. La respuesta muestra la soledad en la que los dejan los padres y el desconocimiento en el que están sumidos. Me imagino que quienes piensan así también dirán que el niño coma lo que le apetezca, no lo que deba comer. Pero ¿qué sabe el niño de lo que le es más necesario para que crezca con un cuerpo y una mente sanos?

Les admito a los alumnos que los juguetes tienen una misión importante que consiste en distraer al niño y hacerle pasar un buen rato. Pero el juguete debe ser también educativo, debe excitarle la curiosidad y el pensamiento y desarrollarle la mente a la verz que se distrae.

Luego les lanzo la idea de que el juguete tiene también una posible función social, la de acostumbrar al niño o a la niña a desarrollar un rol determinado. Por ejemplo, el de hacer que la niña vaya viendo que su papel en la sociedad es el de dedicarse a lo relacionado con la procreación, y para que lo que empiece a entender, se le regalan muñecas con las que entrenarse, o que debe estar guapa, y aprender a cocinar, etc. Al niño, en cambio, se le pide otro papel en la sociedad, como es el de ser fuerte y mandar, para lo que se le regalan otro tipo de artilugios. En muchos casos no logran entender esta relación entre los juguetes y el mantenimiento de una sociedad machista. Tampoco conciben fácilmente que la muñeca podría faltar como regalo.

Me parece que aún hay debate en relación con este tema.

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