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lunes, 9 de noviembre de 2020

Dicho en el pasado. Sentimientos




9 de noviembre de 2018

 Nunca me gustó esa extraña asociación que se hace con frecuencia entre el amor y el corazón. Da a entender algo así como que el amor es un sentimiento. Y claro que el amor tiene una dimensión sentimental, como todo, pero si lo definimos como un sentimiento -o como una emoción- y nos quedamos en eso, me parece que tergiversamos la esencia del amor y, además, nos situamos en una perspectiva muy peligrosa. La mayor parte de los problemas de pareja -algunos muy trágicos- vienen de considerar así el amor, como algo que fundamentalmente se siente. Creo que el amor, entendido sensatamente, tiene una fuerte dimensión racional que encierra una actitud meditada y factible de procurar el bien de la persona amada, de analizar la viabilidad de una relación, de saber cómo querer a la otra persona. Todo ello irá acompañado de sentimientos y de emociones, pero limitarse a considerar estos últimos aspectos es como creer que un equipo de fútbol gana los partidos sin un plan racional y bien pensado de preparación, sintiendo fuertemente los colores del club, o algo parecido.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. Banderas



28 de septiembre de 2017 

Creo que las banderas expresan y despiertan emociones y sentimientos, pero no muestran ningún argumento. Nos estamos acostumbrando peligrosamente a hablar y a vivir sin argumentos. Cada vez me gustan menos las banderas.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. Sentimientos





9 de septiembre de 2017

Si no tenemos ideas no tenemos ni idea de nada. 
No estamos acostumbrados a pensar, a reflexionar, a criticar, a valorar, a racionalizar la vida. 
Sólo estamos dispuestos a sentir, a tener sentimientos del tipo que sea, constructivos o destructivos. 
Sé que en el mundo actual es muy difícil tener ideas, pero de lo que hablo es de la actitud de querer tenerlas. 
Nos basta con una emoción, pero no basta con una emoción. 
Así nos va.

lunes, 3 de agosto de 2020

Amores




Hay amores que son como huecos en la existencia llenos de sentimientos, pero vacíos de generosidad.

lunes, 13 de enero de 2020

Buenas noches. Odio


El mundo se mueve según los sentimientos y las emociones, particularmente por el odio. El amor es solo un arma de resistencia.

Buenas noches.

domingo, 12 de enero de 2020

Buenas noches. Razón


Dejarse llevar por los sentimientos sin racionalizar la realidad es poco humano.

Empujar a los demás para que sean arrastrados por los sentimientos es inmoral.

Intentar dejarse llevar por la razón es difícil y arriesgado, por el peligro que se corre de ser criticados con dureza por los brutos, pero es la postura más humana.

Buenas noches.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Buenas noches. Razón




Por mucho sentimiento que creamos que hay, nunca debemos prescindir de la razón. 

Buenas noches.

sábado, 20 de abril de 2019

Buenas noches. Sentimientos




No se pueden expresar los sentimientos sin libertad. No se puede dar un abrazo con la mente ocupada con prejuicios o contando con la posible opinión de los demás. Ni se puede besar como quien va de puntillas para no hacer ruido o redirigiendo la limpia actitud de la otra persona. Ni se puede despersonalizar uno para dar cabida a opiniones interesada y absurdamente instaladas en la sociedad. No debe uno dejar de ser lo que es por nada. 

Buenas noches.


jueves, 4 de abril de 2019

Buenas noches. Armonía




La razón, las emociones y los sentimientos están interrelacionados y deben funcionar en armonía, pero la razón está en horas bajas y su ausencia es insustituible. 

Buenas noches.


lunes, 11 de junio de 2018

Buenas noches. Tiempos




Vienen tiempos de muchas emociones, de muchos sentimientos, de mucha codicia, de mucho deseo de poder y de mucho calentamiento mental. La racionalidad yace medio muerta en un rincón apenas visible en el mundo. Allá cada cual. 

Buenas noches.


jueves, 21 de diciembre de 2017

Buenas noches. Dolores




No puede ser que te duela más tu propio sentimiento que el sufrimiento del vecino. Algo pasa. 

Buenas noches.

domingo, 22 de octubre de 2017

Buenas noches. Pérdidas




Cuando no es la razón la que se convierte en el criterio fundamental para decidir las ideas, las estrategias y las acciones, sino que los sentimientos caminan a sus anchas en las mentes flacas de quienes son pocos dados al análisis frío y a las decisiones prudentes, entonces se suelen perder dos cosas: el sentido de las normas y el sentido del ridículo. La ausencia de la razón como criterio hace que no se tengan en cuenta las normas aceptadas, sino que cada cual haga lo que más le interese, tenga viabilidad o no, cause daños a propios o ajenos o no, conduzca al desastre o no. Y en esas circunstancias suelen aparecer hechos peregrinos, ridículos y descalificantes, que llevan a una risa trágica y que hacen dudar de que la compañía de estos irracionales sea la más adecuada para crear un mundo habitable y vivible. 

Buenas noches.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Buenas noches. Argumentos



Hay momentos en los que, en lugar de sacar las banderas, que expresan sentimientos y emociones y se dirigen a ellos, habría que buscar buenos argumentos y sentarse a discutirlos, que es lo propiamente humano. Pero para eso hay que querer. 

Buenas noches.


sábado, 9 de septiembre de 2017

Buenas noches. Lo que veo / y 3



Si a esta sobrevaloración de los sentimientos, en detrimento de una razón que analice la realidad y que nos dé argumentos para explicarnos lo que ocurre, le añadimos el lema que con tanto éxito ha instaurado entre nosotros el neoliberalismo dominante, eso de que 'Todo vale', la mezcla resultante es tremendamente eficaz para desintegrar una sociedad que pueda resultar humana e ilusionante.

Te sugiero que analices desde este punto de vista cualquiera de los fenómenos que ocurren en el panorama político mundial y español. Intenta leer buena prensa y escuchar buena radio, a ver si encuentras alguna 'razón' que explique cualquiera de las medidas que está tomando Trump. Haz lo mismo con King John-un, o con las medidas económicas restrictivas tomadas en España y en otros países y sus terribles resultados, o con las medidas que toman por su cuenta Rajoy y los de su cuerda, o con los sucesivos y ruborizantes apoyos de ciertos votantes a partidos políticos podridos por la corrupción hasta las trancas, o con las inauditas actuaciones de ciertos independentistas en Cataluña, o con cualquier fenómeno que se te ocurra. Yo no veo racionalidad por ninguna parte y sí observo, en cambio, una exaltación de sentimientos, de apetitos, de deseos o hasta de obsesiones. Y como nadie entre nosotros se preocupa de que pensemos, de que analicemos y de que argumentemos racionalmente nada, tendemos a reproducir lo que vemos y nos vamos dejando llevar poco a poco por nuestras apetencias, por lo que sentimos o por lo que vemos, sin que preguntas como ¿por qué? ¿cómo? ¿está justificado? ¿qué consecuencias tendrá? o ¿y después qué? nos aparezcan en la mente y nos empujen a intentar contestarlas.

Fíjate, si te parece, en el estilo que muestran los grandes espacios de la televisión, en el papel que ocupan en la sociedad el fútbol y los deportes mayoritarios, en la evolución de los planes de estudios, de los que desaparece cualquier materia que nos invite a pensar. Quieren exaltar nuestros sentimientos, quieren que suframos, que nos emocionemos, que nuestros apetitos estén siempre alerta, que situemos la apariencia sensible por encima de cualquier otro criterio, pero no quieren que pensemos, no sea que nos empecemos a explicar lo que ocurre y algún día intentemos cambiar de verdad el mundo. Son malos tiempos estos para el ser humano y para la racionalidad.


Buenas noches.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Buenas noches. Lo que veo / 2



Decíamos ayer que la razón, que aporta argumentos, está en horas bajas y que, en cambio, importan más, a la hora de conocer y de actuar, otras instancias, como los sentimientos, las emociones, los deseos o las apetencias.

Recordaba yo esto hace algún tiempo cuando observaba la reacción más frecuente en nuestra sociedad cuando se da un lamentable caso de violencia de género. Afortunadamente sigue habiendo entre nosotros algo de sensibilidad para condenar estos casos y para situarnos en contra de maltratos, asesinatos y demás actos inhumanos derivados del machismo que tiñe las estructuras de nuestra convivencia. Y digo 'algo' de sensibilidad porque las reacciones suelen ser tibias, nada multitudinarias y como si a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas no les afectara demasiado la cuestión.

Lo que no entiendo es el criterio que se sigue cuando se juzgan estos actos y cuando se reacciona frente a ellos. La solidaridad con las víctimas y el lamento público por estos hechos me parecen muy importantes, pero creo que lo sería aún más si insistiéramos con fuerza en la condena del machista que realiza estos actos violentos, que explicáramos a la sociedad por qué no se debe actuar así, que analizáramos los indicios que barruntan la existencia de un machista cerca de nosotros y que cada vez que se emite una sentencia que condene a un machista, se dé a conocer y se divulgue el nombre del individuo que ha actuado de manera tan brutal. Me parece que en nuestra manera actual de reaccionar hay una maniobra muy peligrosa y que, en el fondo, le hace el juego a los machistas. Se trata de un incomprensible cambio de protagonismo. Quien verdaderamente causa un acto de violencia de género, quien debe ser señalado por la sociedad y quien merece que concentre nuestra repulsa y nuestra crítica es el machista. Él es el protagonista. Pero, en lugar de esto, se le da absurdamente el protagonismo a las víctimas, se publican sus nombres, nos lamentamos por su desgracia, nos solidarizamos con ellas, damos rienda suelta a nuestros sentimientos de compasión, rabia, miedo o ira y seguimos dejando sin explicar racionalmente qué es lo que ha ocurrido, qué cuidados hay que tener con ciertos hombres y qué es lo que puede mover a estos a actuar como lo hacen. Me imagino a los machistas contemplando orgullosos el espectáculo, sintiéndose cada vez más fuertes, porque nadie lucha eficazmente contra ellos y porque todos desviamos la mirada, y sin entender nada de por qué ni sus comportamientos ni sus ideas pueden calificarse como humanos.

El resumen de la situación me parece que es algo así como que lo sentimos mucho, que lloramos mucho la desgracia, pero que no analizamos nada y que luego nos vamos olvidando pronto del caso, porque el mundo va a toda velocidad y en seguida aparece una novedad que nos llama más la atención. Engrandecemos sentimentalmente a las víctimas y nos centramos en ellas, con lo que el machista queda a salvo de cualquier crítica. Pero con mucho sentimiento y con poca racionalidad no creo que podamos establecer una estrategia eficaz en la lucha contra el machismo, que es lo que en la realidad está ocurriendo.

Buenas noches.


jueves, 7 de septiembre de 2017

Buenas noches. Lo que veo / 1



Está ocurriendo y me parece que cada día lo estamos aceptando con más facilidad. Lo están haciendo delante de ti y creo que quieren que tú también lo hagas. Me explico.

Somos seres racionales. Como tales, tanto en nuestros análisis de la realidad como en nuestros comportamientos, debemos actuar racionalmente. Esto no quiere decir que debamos hacerle caso solamente a una hipotética razón aislada de la realidad concreta, que pudiera argumentar y explicar por sí sola lo que ocurre o lo que deba ocurrir. Una razón así de 'pura' no existe. La razón que proporciona argumentos va siempre acompañada de sentimientos, de emociones, de deseos y de todas las circunstancias en las que vivimos, que influyen, cada una a su manera, en lo que razonamos. Si alguien intenta pensar sin tener en cuenta ni el mundo concreto en el que vive ni su propia realidad personal, no se enterará de nada y posiblemente actúe haciendo fundamentalmente tonterías.

Hubo una época en la que los sentimientos, las emociones y, en general, todo lo que no fuera la pura razón estaban mal vistos. Se definía al ser humano como un ser racional, pero esto se entendía como que era un ser exclusivamente racional. Hoy, como si la historia se moviera siguiendo la trayectoria oscilante del péndulo de un reloj, creo que hemos caído en el extremo opuesto. Quiero decir que si hoy intentamos explicarnos lo que ocurre en nuestra vida y en el mundo, tendemos a hacerlo basándonos sobre todo en los sentimientos y en las emociones, no en los argumentos racionales. Y cuando actuamos, lo hacemos dejándonos llevar por lo que sentimos, por lo que nos apetece, por lo que se hace o por lo que nos gusta más. La racionalidad, que nos podría aportar un punto de vista importante para entender lo que ocurre o un criterio más justo para actuar de determinada manera, ha caído en desuso. Un desuso que está resultando ya muy peligroso.

Buenas noches.




lunes, 5 de junio de 2017

Buenos días. Osadía 136




Atrévete a no dejar solos en tu mente tus sentimientos. 

Puede que te lleven a sentir lo que no quieres sentir. 

Buenos días.

sábado, 18 de febrero de 2017

Buenas noches. Amor


El romanticismo ha hecho un daño tremendo haciéndonos creer que el amor es un sentimiento, en lugar de entenderlo como una manera de crear un mundo mejor en el que las personas amadas puedan sentirse más felices y más humanas. 

Buenas noches.


Buenos días. Osadía 29



Atrévete a pensar que el amor no es fundamentalmente un sentimiento, sino una actitud que consiste en intentar hacer feliz a la otra persona. 

Buenos días.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Buenas noches. Ideas




Si no tenemos ideas no tenemos ni idea de nada. No estamos acostumbrados a pensar, a reflexionar, a criticar, a valorar, a racionalizar la vida. Sólo estamos dispuestos a sentir, a tener sentimientos del tipo que sea, constructivos o destructivos. Sé que en el mundo actual es muy difícil tener ideas, pero de lo que hablo es de la actitud de querer tenerlas. Nos basta con una emoción y así nos va. 

Buenas noches.