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jueves, 15 de octubre de 2020

No al vacío



 Me senté a comer. El mundo me tiene harto. No sé si es más responsable de este hartazgo la amenaza del virus, que me está restando vida, o estas hordas de gentes de ultraderecha y de derecha ultra que han traspasado el umbral de la racionalidad y está creando un ambiente en el que ni ellos mismos, si son normales, deben de estar a gusto. Cada vez que esto ocurre ahí fuera, a mí me entra una pereza atroz. Llevo ya algún tiempo con una dejadez encima que solo me permite hacer lo indispensable. Mis circunstancias no son las más favorables para llevar una vida laboriosa, aunque intento mantenerme a flote.

El caso es que me senté a comer. Sé una de las cosas que hay que hacer siempre, que es buscar lo agradable entre lo que la vida te pone delante en cada momento, así que me fijé en la luz que entraba por la ventana de la cocina. Era una luz cálida, acariciante, que contrastaba con el frío que posiblemente hiciera fuera. Era una luz que invitaba a vivirla, a disfrutarla, que me daba no sé si optimismo o esperanza. Los árboles del jardín están aún lozanos, fuertes, con sus hojas defendiendo los últimos días que le quedan por estar en su lugar. Me tomé una taza de caldo caliente hecho con verduras y huesos de pollo. Intenté concentrarme en el sabor del caldo y descubrir el recuerdo de cada uno de sus componentes. Algunos aparecieron. Realmente estaba rico y resultaba reconfortante, como lo es todo lo cálido con los primeros fríos del otoño. Quiero perder peso y me hice una ensalada, de las que los cursis llamarían ilustrada. Mezclé un cogollo de lechuga, un tomate pequeño cortado en trozos, un huevo cocido, media cebolleta picada, un par de lomos de caballa en conserva, unas pocas aceitunas negras, un chorrito de salsa de soja y otro de aceite de oliva. Se me olvidó incluir una zanahoria cortada en rodajas finas y unas semillas de sésamo. Estaba muy rica y no creo que me pasara en calorías. Luego me tomé un par de ciruelas intentando sacarle todo el sabor que pude, pero lamentablemente no fue mucho. Resultó una comida agradable.

La rutina nos hace perder los detalles, los pequeños y los grandes detalles. Nos acostumbramos pronto a pasar por la vida de puntillas, sin estar atentos a todo lo que nuestros sentidos son capaces de ofrecernos y sin pararnos para que la inteligencia nos permita comprender lo que hay, lo que nos pasa y lo que deberíamos hacer. No tenemos alas, pero revoloteamos por la existencia como pájaros que han olvidado su origen, su destino y su trayectoria más adecuada. Huimos con mucha facilidad de la realidad y nos refugiamos en cualquier diversión. Creo que tenemos que pararnos. Los días no pueden irse vacíos.



viernes, 4 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. Cambio



4 de septimebre de 2018

Como dice el tango, el mundo es una porquería; pero no es una porquería absoluta. Tú estás en él. El mundo puede cambiar, aunque solo sea un poquito y aunque no se genere algo que nos salve a todos. Por el rincón en donde estás tú puede aparecer algo alegre, positivo, humano, que conecte con esas pequeñas racioncitas de bondad que, si las buscas, aparecen también. No te dejes llevar por la pereza ni por la desesperanza. Empieza tú el cambio.

domingo, 26 de enero de 2020

Buenos días. Espabilar



Tengo que espabilar.
Estoy estresado, perezoso, como en estado de hibernación (o de “inviernación”, que es lo mismo), y cuando estoy así, no se me ocurre nada ni estoy para casi nada.
Vendrán días mejores.
En cuanto me espabile.
Buenos días.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Buenas noches. Aprender



Aunque te cueste trabajo, aunque tengas que sacar el tiempo de donde se te ocurra, aunque creas que es una pendiente demasiado pronunciada, aunque sufras de pereza, tienes que mantenerte ocupado aprendiendo algo nuevo. Si paras, envejeces, tengas la idea que tengas. 

Buenas noches.


viernes, 7 de octubre de 2016

Los viernes, etimologías. 132. Pecados capitales



LUJURIA

Parecen mentira los desplazamientos semánticos que ha experimentado esta palabra. Del latín luctari, luchar, de origen indoeuropeo (y de ese estadio tenemos lucha) deriva luxus, dislocado, por los efectos de la lucha en los miembros de los luchadores (y de ese estadio tenemos luxación). Luxuries pasó a significar exceso, desmedida, algo que sale de los límites normales de una situación, en Roma luxuries no significaba lascivia o desenfreno sexual, sino derroche, (y de ese estadio tenemos lujo, lujoso). Fueron los padres de la Iglesia, san Agustín y compañía, los que empezaron a identificar adorno excesivo con la intención sexual, hasta llegar al significado actual de lujuria, lujurioso como lascivo. Bien es verdad que estas palabras, lascivia, lujuria, deshonestidad, no se usan en la lengua coloquial. Normalmente usamos la expresión adicto al sexo, o salido.... Casi se considera más una enfermedad que un vicio. Aunque la Iglesia siempre cargó las tintas contra este pecado.

GULA

Es comer en exceso. ¿Y eso es pecado, o fue considerado pecado? Hoy la gula se considera, más que un pecado, una práctica contraria a la salud. En latín gula significa garganta, gaznate y ha pasado a significar voracidad. Derivados de gula son goloso, golosina, glotón, engullir y deglutir. Por vía germánica nos llegó goliardo, esos poetas y clérigos vagabundos, glotones y que ensalzaban los placeres de la vida. Gula también es palabra de raíz indoeuropea.

AVARICIA

Del latín avarus y avaritia, relacionada con el verbo avere, anhelar, ansiar. No ha experimentado cambios al pasar al castellano. Es raíz indoeuropea, en sánscrito av- significa amar, desear. Este sí que es un pecado gravísimo. La codicia de unos pocos provoca todas las injusticias sociales, las guerras y el desastre ecológico. Codicia es un sinónimo proveniente de cupiditia, relacionada con el verbo cupio, desear, origen de Cupido y concupiscencia.

PEREZA

Del latín pigritia. La g desaparece en español, como en magister > maestro, o en integrum > entero. No se ha encontrado paralelo claro en otras lenguas indoeuropeas, aunque no hay consenso sobre la raíz de esta palabra. La pereza hoy no parece un pecado grave. Si acaso, un defecto, que se atribuye por broma de unas regiones geográficas a otras. Los andaluces, por ejemplo, llevan la fama de vagos, los catalanes de tacaños, los vascos de comilones... Pero todo eso solo son chistes, no hay que tomarlo en serio, la realidad contradice esas tonterías, cada persona tiene su propio carácter.

IRA

En latín es ira. Derivados son iracundo, irascible, airado. La raíz indoeuropea eis- abarca un significado amplio de movimiento rápido, pasión y está en el origen del griego ἱερός (hierós, sagrado), que está en la base de jeroglífico, jerarquía, Jerónimo. No controlar la agresividad es un grave pecado, sus efectos son los malos tratos, los asesinatos. Matar por avaricia, matar por envidia, matar por soberbia, por venganza... Suele ser este pecado el derivado de otros. Es la cara más irracional del ser humano, especialmente cuando se ceba en los débiles o en los inocentes.

ENVIDIA

Del latín in-videre, mirar hacia dentro de alguien, enviarle el mal de ojo, esa creencia en la capacidad de producir el mal a alguien con la mirada. Por tanto en latín invidia es todo tipo de malevolencia, malquerencia. Los españoles decimos que la envidia es el pecado nacional, pero yo no lo creo. Al derivar de videre, ver, envidia está emparentada con páginas y páginas de palabras del Diccionario.

SOBERBIA

En latín es superbia. La p se sonoriza en b, que se conserva en superior, supremo, superar, y no en sobrar. La preposición sobre es prefijo en montones de palabras: sobresaliente, sobresalto o sobreseído. Este sí que podría ser el pecado que nos caracteriza a los españoles. Pregunta a cualquier inmigrante y te dirá qué altaneros, orgullosos podemos llegar a ser. Gracián cuenta en "El Criticón" que cuando Dios repartió a las naciones los pecados capitales, este es el que correspondió a los españoles, la soberbia.



sábado, 9 de abril de 2016

Buenos días. Pereza



La pereza puede que se cuele en tu vida y se haga residente sin que te des mucha cuenta. 

Tenemos que estar alertas. 

No hay nada más envejecedor que la pereza. 

Buenos días.


miércoles, 12 de agosto de 2015

Buenos días. Pereza




La pereza es muy mala porque te empobrece la vida y termina por arruinarla. Hay que hacer un esfuerzo tenaz por echar fuera la pereza. 

Buenos días.

sábado, 11 de enero de 2014

sábado, 7 de diciembre de 2013

Buenos días. Pereza





La pereza huele a negatividad y tu perfume debe ser siempre positivo. Vamos a dejarnos de historias y pongámonos a vivir. Buenos días.

martes, 18 de diciembre de 2012

Buenos días. Tiempo




No pierdas demasiado tiempo en lamentaciones ni en perezas. Te toca vivir. Hazlo cuanto antes. Sólo conquistarás la alegría si te pones a vivir. Es urgente que vivas.