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domingo, 7 de septiembre de 2008

Corruptos y gloriosos / 2


Con el título con el que aparece este post publicó ayer en el diario El País el escritor y sociólogo José Vidal Beneyto un interesante artículo, cuya versión completa se puede ver aquí, sobre la corrupción actual del sistema capitalista.


El artículo es continuación de la primera parte, publicada al principio del mes de agosto. En el que apareció ayer se aclara por qué lamentable circunstancia el autor tardó tanto tiempo en publicar la segunda parte.


Quiero poner aquí dos párrafos de la segunda parte del artículo porque me parecen muy interesantes para formarse una idea de cómo está la situación actual. Se citan dos libros muy interesantes para conocer la génesis del capitalismo y el Worldwatch Institute. La versión española de la estupenda revista que edita este Instituto puede verse aquí.

Este capitalismo inicuo y depredador con la ignominia de sus repugnantes escándalos empresariales, el aumento de su precariedad laboral y la salvaje agravación de las desigualdades entre los pocos muy ricos y todos los demás nada tiene que ver con el capitalismo de los padres fundadores. El capitalismo que nos propusieron Max Weber, en su obra pionera La ética protestante y el espíritu del capitalismo, en 1905, y la magistral Religion and the rise of capitalism, del historiador inglés Richard H. Tawney, en 1926, ha sido objeto de una corrupción total. Su exhortación a la autodisciplina, al trabajo duro, a la austeridad, al ascetismo individual tan ligados a la ética calvinista y más ampliamente protestante son antónimos del irresponsable despilfarro consumista en que se ha convertido el régimen capitalista, en el que el gasto en publicidad en EE UU es superior al del presupuesto de toda la enseñanza superior. Por lo demás, la depredación de recursos es tal que, según el Worldwatch Institute, el consumo de bienes y servicios de la humanidad en los 40 años que van de 1950 a 1990 es superior al de todas las generaciones precedentes. A lo que se agrega que el objetivo principal del sistema no es ya el de producir bienes para satisfacer necesidades sino sólo producir beneficios, ganar dinero.

El artículo finaliza así:
Las denuncias de las prácticas criminales mafiosas, tal como hacen la novela y el filme Gomorra con la presentación de las actividades de la Camorra, por aleccionadoras que sean, no acabarán con la corrupción capitalista que se ha convertido en trama sustantiva de nuestras sociedades. Pues si el estalinismo corrompió y acabó con las esperanzas del comunismo, la radicalización individualista y la insaciable y compulsiva avidez de riqueza y disfrute han corrompido el capitalismo originario. La épica del enriquecimiento a cualquier precio no deja espacio indemne y muestra su imperio en las formas más espontáneamente agresivas de la cultura popular del mundo juvenil que en su música rapera nos conmina a get rich or die trying. Ese grito de “enriqueceos o morid en el intento” es la expresión más cabal de la corrupción actual del sistema capitalista.


Yo creo que esto se parece mucho al presente y al futuro.

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