sábado, 9 de abril de 2016

Buenas noches. Lo vulgar / 1



Recuerdo épocas pasadas en las que la manera de pensar éticamente admitida en ciertos ambientes concienciados era solo aquella que no sólo favorecía al pueblo, sino que se parecía a la del pueblo. Había que estar con el pueblo y por eso expresiones tales como 'tener clase' o 'tener estilo' estaban mal vistas, porque parecía que denotaban actitudes algo así como elitistas o excesivamente personales que te alejaban del modelo bueno, que era el que tenía el pueblo.


Hoy, observando lo que se vive en esta especie de sociedad pseudohumana que estamos construyendo y tolerando entre todos, me he dado cuenta de lo erróneo de aquella actitud. Hoy sé que lo verdaderamente humano es tener una personalidad propia y bien justificada racionalmente. Y eso se consigue teniendo claro en la mente y en la acción que este mundo es de todos, que las igualdades deben ser lo que motive nuestra acción, que no se puede molestar ni hacer daño a nadie y que nuestra intención en la vida debe poder ser también la intención de todos y de cada uno. Lo contrario de todo esto es justamente lo vulgar. Hay que crecer lo más posible, cada cual tiene que llegar a su tope, pero hay que favorecer con ello a la sociedad, sin que sea necesario identificarse con ella, porque eso es caer en la castrante, destructora y mediocre vulgaridad visible hoy en todas partes. 

Buenas noches. 

(continuará)

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