sábado, 8 de agosto de 2015

Buenas noches, Victorias y derrotas



Ha ganado el presente. Han ganado lo inmediato, lo eficaz, lo placentero, lo fácil, lo apetecible, lo mediático, lo ruidoso, lo precocinado, lo novedoso, lo que hacen todos, la moda, lo aparente, lo veloz, lo que nos aísla, lo que nos anestesia, lo que nos deshumaniza.

Ha perdido lo que siempre fue valioso. Los clásicos han sido confundidos con los viejos y nos hemos quedado sin raíces. Las ideas que daban sosiego e impulsaban las mentes han quedado en la cuneta para que no le estalle la cabeza a nadie. El silencio, que hacía crecer en humanidad, se ha vuelto insoportable. La calma, que producía madurez, ha sido trocada en suicida velocidad. Todo lo que potenciaba la personalidad ha sido sustituido por vulgaridades, sin que se sepa que lo son. Ya no hay críticas, sino fanatismos varios.

Ha perdido también el futuro, que siempre fue incierto, pero que ahora va apareciendo como imposible.

Es tiempo de refugios. 

Buenas noches.

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