viernes, 24 de octubre de 2014

Los viernes, etimologías. Números



Los números del castellano son herencia directa del latín, en un estado sorprendente de conservación. Basta ver el listado de números en latín: UNUS, DUO, TRES, QUATTUOR, QUINQUE, SEX, SEPTEM, OCTO, NOVEM, DECEM... Nada, como dicen algunos, el castellano es latín con acento euskera. Pocos campos semánticos tiene que haber que hayan cambiado tan poquito. Las típicas diptongaciones del castellano: sex - seis, septem - siete, novem - nueve, decem - diez, y las pérdidas de m final. Todo, muy típico. Y los ordinales, igual. PRIMUS, SECUNDUS, TERTIUS, QUARTUS, QUINTUS, SEXTUS, SEPTIMUS... Curioso puede ser ver que primus (recaracterizado en español con el sufijo -ero, primero) es prae, el sufijo español pre, delante, con el sufijo -imus de superlativo, el que tenemos en altísimo o guapísimo. O sea, pr-imus es muy delante, delantísimo. O que sec-undus viene del verbo sequor, seguir. Secundus significa el que sigue.

Otro asunto curioso es la herencia indoeuropea del latín. Cada uno que compare con la lengua indoeuropea que conozca, el inglés por ejemplo: One, two, three... O con el griego: Én, dyo, tres, tetra, penta... O con el polaco (por poner una lengua de la tercera gran familia indoeuropea, la eslava): Jeden, dwa, trzy, cztery, piec, szec, siedem, osiem... Cuando digo la tercera, me refiero a las familias 1: latina, 2: germánica (del inglés al alemán o al noruego) y 3: eslava. Entre las tres copamos el noventa por ciento de los europeos (y mucho del mundo). También son indoeuropeas las lenguas bálticas, el albanés y el griego (importante culturalmente, pero solitario desde el punto de vista lingüístico). Y con las nuestras conviven las no indoeuropeas: euskera, húngaro y finlandés-estonio. Aunque todos, todos repito, somos iguales, seres humanos iguales. Las lenguas unen, nunca separan. Otra cosa es que sean utilizadas a veces para desunir.


Es muy interesante el número CIEN. Tradicionalmente se utilizó esta palabra para clasificar las lenguas indoeuropeas en dos grandes grupos: las lenguas centum y las lenguas satem, las occidentales y las orientales. Latín, griego y germánico son lenguas centum y del eslavo al sánscrito, salvo islotes, son lenguas satem. Todo esto serían indicios de cómo la gran tribu de nuestros antepasados se escindió en dos grandes grupos. La teoría tiene mucho puntos débiles, pero a mí me fascina que nuestros antepasados remotos ya tuvieran desarrollado el concepto y la palabra CIEN, que es básicamente la misma en todas las lenguas. Claro, no en vano tenemos diez dedos. Eso sin olvidar que el sistema decimal se entremezcla con las 24 horas del día y sus 60 minutos, los siete días de la semana, y los doce meses, y la docena de huevos, y los 90º del ángulo recto, etc. etc.

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